Cerro El Toro IV Región Chile 3569 mtsnm

21 y 22 de abril. La verdad es que este cerro marcó un hito en mi vida, a pesar de no existieron tiempos para emociones, si fue muy especial.
Salí desde La Serena IV Región de Coquimbo, el sábado 21 de Abril del 2007 a las 05:00 AM, con rumbo hacia el pueblo de Vicuña, ubicado al interior del mismísimo Valle de Elquí, allí me reuní con un alumno de INACAP, en donde trabajo, para luego pasar a buscar a un amigo de este personaje, a otro pueblo de nombre Diaguitas. Fue así entonces como los tres emprendimos rumbo hacia la localidad de Pisco Elqui, en donde con mi vehiculo, un Lada 2105, no muy apto para el terreno, nos internamos en un villorrio de nombre La Isla. allí dejamos el vehiculo, y comenzamos la primera etapa del Trekking.
Caminamos por cerca de media hora, llegando hasta una inolvidable quebrada la cual contenía bastante vegetación, para el lugar, (dadas las condiciones climatologicas) allí descendimos, luego tomamos rumbo por un murallón de roca, que a lo lejos se veía muy pequeño, pero al estar a los pies de el era interminable. durante todo el camino, nuestro vecino mas cercano era el cerro Monte Grande, el cual con sus enormes paisajes rocosos, producían una especia de efecto óptico y que me cansaba mas rápidamente, desde allí seguimos caminos por un par de quebradas, en las cuales nuestro guía Francisco, no podía encontrar el camino. A ratos pensaba que este muchacho, quizás nunca antes había
subido el cerro, debido a la cantidad de vueltas sin sentido que estuvimos dando por cerca de 2 horas, pero al fin logramos encontrara la huella. Tomamos rumbo por esta hasta que de pronto el murallón de roca parecía acabarse, yo era el mas contento, llevábamos muchas horas caminando y al parecer estábamos llegando a la cima de este cerro, en donde nuestro guía nos había prometido llegar a una cueva en donde dormiríamos. Y cierto, al finalizar el muro de rocas, llegamos a una quebrada, en donde arriba de otro murallón tan grande como el que habíamos subido se asomaba una cueva, subimos hasta allí, pero lamentablemente nuestro guía otra vez había confundido el paisaje y la famosa cueva no era, por lo que decidimos volver hacia la quebrada y levantar el campamento base, en este lugar.
yo trataba de mantenerme en silencio y disciplinado, el guía y el otro acompañante solían discutir, debido a que al parecer caminábamos sin rumbo fijo. nos alimentamos, y luego de caer la noche , nos metimos a la carpa. de pronto al estar agarrando el reponedor sueño, sentí unos pequeños golpecitos en la carpa, pensé ¿será el viento? ya que pensar en lluvias a esa época del año y en esta región era un poco absurdo, pero en fin, realmente era una lluvia, pero no una lluvia cualquiera. ese día se nos ocurrió subir justo en frente de una de las mejores tormentas que ese año habían pasado. la carpa comenzó a quebrarse, el agua comenzó a entrar, y en muchas ocasiones, pensamos en devolvernos, pero quisimos esperar hasta el amanecer, para poder caminar con mayor seguridad.
Al salir los primeros rayos del sol, nos dimos cuenta, del magno frente de mal tiempo que nos había azotado, estábamos muy deprimidos y desesperados, por lo que no querían salir a buscar la extraviada cumbre, la que por lo demás no sabíamos a cuanto estaba de nosotros. En ese momento tome la iniciativa y les dije que por ultimo subiéramos una pequeña cima que se nos asomaba próximas a nosotros, por ultimo para tomar algunas fotos , y no quedarnos con esa mala sensación. y así comenzó el ascenso. sin darnos cuenta subimos hasta llegar a la tan
anhelada cueva en donde debíamos haber dormido realmente, a lo lejos hacia el norte, se divisaba el largo filo que nos llevaría hasta la cumbre del cerro, lo miramos, y decidimos seguir subiendo, fue así como en un lapso de 1 hora aproximadamente logramos alcanzar este filo, allí las bajas temperaturas eran extremas, el viento comenzó a congelar mis extremidades, principalmente con un gran dolor en mis labios producto del frió. a lo lejos la cumbre se veía cada vez mas fácil, pero no lo era, la falta de oxigeno, el frío, y el cansancio fueron cruciales en este desafío. llegados los últimos 50 metros mis piernas no podían mas, caminaba 3 pasos y me caía, solo quería encontrar una pequeña piedra para refugiarme del viento y esperar a que mis compañeros bajaran. Comencé a rezar y le
pedía a Dios fuerzas para poder bajar, fuerzas para llegar nuevamente a encontrarme con mi familia. De pronto escucho un grito ¡¡¡¡CUMBREEEE!!!!! HICE CUMBRE!!!!, era la voz de Francisco, quien a lo lejos me animaba y me gritaba VAMOS FALTA POCO!!!!, respire, y saque fuerzas desde lo mas profundo, las cuales paso a paso (como diría Merlo) me hicieron llegar a la cumbre. Eran las 10:45 AM, tome el lápiz y escribí un mensaje dedicando a todos quienes quiero, la cumbre del imponente Toro.
15 minutos mas tarde comenzamos el descenso, el cual no fue mucho para mi, ya que yo traía la satisfacción y el triunfo sobre la mochila...lo único que deseaba era llegar a mi casa y poder compartir esa hermosa experiencia.